La terapia visual es un programa de ejercicios visuales personalizados, planificados para poder desarrollar un proceso de aprendizaje con el cual poder mejorar e integrar las capacidades visuales para obtener una visión cómoda y eficaz.

Previamente se ha de realizar un estudio completo del estado visual del paciente, por un profesional de la visión. En él, no solo se trata de medir cuantitativamente cuanto vemos, sino también de hacerlo cualitativamente, ¿de qué nos sirve ver las letras más pequeñas de la pantalla con un ojo, si con los dos abiertos vemos doble? Se realizarán pruebas específicas para así determinar la existencia algún tipo de disfunción visual

Las disfunciones visuales más comunes pueden ser de varios tipos:

   ● Disfunciones binoculares estrábicas: Encontramos una desviación del eje visual de uno o de ambos ojos respecto al objeto que se pretende fijar.
   ● Disfunciones binoculares no estrábicas: No encontramos una desviación aparente de los ojos, pero si son frecuentes síntomas de astenopía: dolor de cabeza, picor ocular, ojo rojo, mareos, …
   ● Disfunciones acomodativas: Afecta el sistema de enfoque del ojo, provocando borrosidad durante la lectura, fatiga visual o dolor de cabeza en tareas próximas.
   ● Ambliopía: Se produce cuando la cantidad de visión que encontramos con la mejor graduación posible en un ojo difiere significativamente del otro, se puede producir por: un estrabismo, anisometropía (diferencia de graduación entre los dos ojos), un alto error refractivo y por deprivación (cuando el ojo no recibe el estímulo visual adecuado debido a una opacidad de medios).

Para subsanar estas disfunciones, se puede plantear recurrir a la terapia visual, teniendo en cuenta que en ocasiones habrá que emplear una combinación de varios métodos, como pueden ser gafas, lentes prismáticas, oclusiones y obturaciones (“el parche”), tratamientos farmacológicos o cirugía 1.
Para el éxito de esta, además de realizar un abordaje adecuado, es importante tener en cuenta aspectos específicos de cada paciente. La edad es una variable muy importante, hay que adaptar la complejidad de los ejercicios a esta y tener en cuenta la mayor plasticidad cerebral que existe en la infancia frente a edad adulta, no siendo esta inexistente 2,3. El compromiso y cumplimento también es fundamental ya que los planes de terapia visual suelen desarrollarse en dos fases, una intensiva y otra de mantenimiento, variando su duración entre las 12 y 20 semanas en total.

 

Raquel Sánchez. Optometrista

1. Vidal J. (2005). Manual de Terapia Visual. Saera.
2. Sharbatoghli, L., Hashemi, H., Mohamadi, A., Jafarzadehpur, E., Yekta, A., Mirzajani, A., & Khabazkhoob, M. (2020). Visual Acuity Improvement in Adult Anisometropic Amblyopes After Active Vision Therapy. Clinical optometry, 12, 183–187. https://doi.org/10.2147/OPTO.S250813
3. Khan T. (2015). Is There a Critical Period for Amblyopia Therapy? Results of a Study on Older Anisometropic Amblyopes. Journal of clinical and diagnostic research : JCDR, 9(8), NC01–NC4. https://doi.org/10.7860/JCDR/2015/13277.6288