Si en entradas anteriores hablamos de la relación estrecha entre glaucoma y tensión ocular, no es
de extrañar que los tratamientos estén enfocados a bajar dicha tensión. Para ello contamos con
diferentes estrategias que incluso podemos combinar en caso de ser necesario para lograr
nuestro objetivo. Estas opciones se pueden resumir en:
– Tratamiento tópico: estos colirios tienen unas moléculas que consiguen bajar la tensión ocular
reduciendo la producción de humor acuoso (recordemos que es el líquido que tenemos dentro
del ojo) y/o aumentando el drenaje del mismo.
– Tratamiento con láser: se aplican disparos en la zona de salida del humor acuoso para aumentar el drenaje y así disminuir la tensión (es lo que llamamos trabeculoplastia)
– Tratamiento quirúrgico: a parte de la cirugía clásica del glaucoma (trabeculectomía y cirugía noperforante) existen hoy en día numerosos dispositivos de drenaje que, tras una buena selección
del paciente, permiten una cirugía menos agresiva con un buen control de la tensión.
Son por tanto múltiples opciones las que tenemos para ralentizar la progresión del glaucoma. En
todo caso, lo que si parece estar cada vez más claro y a lo que apuntan los estudios es que el
paciente con glaucoma se beneficia de un tratamiento precoz con un seguimiento estrecho, pues
recordemos que una vez hay daño este es irreversible.
Dra. Sara Rodríguez